miércoles, 5 de abril de 2017

La cotidianidad.

Sábado 1 de abril.

Ese sábado por la noche fui a la fiesta de cumpleaños de un amigo muy particular. 
Toda la semana había pensado en lo bien que la iba a pasar en esa fiesta: una gran amiga que no veía hace tiempo iba a ir, sabía que la música que iban a poner no haría que las personas me sacaran a bailar... Pero también en el fondo de mis pensamientos, había uno, un tanto molesto, que me recordaba que él también podría ir a esa fiesta. No podía estar segura de si eso era bueno o malo, pero no era normal, ese pensamiento hacía que algo dentro de mi reaccionara, así que era imposible que esa posibilidad pasara desapercibida.

Llegue a la fiesta. Me encontré con amigos. Socialicé. Comencé a beber alcohol. Me ofrecieron mariguana "no me gusta el efecto, gracias". Me reí con mi amiga. Conocimos a un muchacho. Llego uno de mis mejores amigos. Me fijé en un chico. Escuche que esa persona que en el fondo esperaba iba a venir después. Tome más alcohol. Molesté. Llegó. Ese hombre ni siquiera me miro y no puedo decir que yo hice mucho esfuerzo por mirarlo ¿por qué me ignora? la ultima vez que lo vi me había tratado como se trata a cualquier amiga. Al parecer no tenia la mínima importancia como para que él me saludara... Ignoré eso, y seguí con mi amiga, buscamos más alcohol, buscamos a otro amigo, nos reímos de las personas... pero yo sentía rabia, quería que por lo menos me saludara. Mi amiga y yo fuimos a una habitación y ahí estaba él, pero no nos sentamos en la misma cama. No recuero cómo, pero comenzamos a hablar, a molestarnos; estaba satisfecha.Sé que si alguien lee esto pensará que a mí aun me gusta él, pero siento dudas y del amor no se duda, simplemente se sabe. 

Como dije, ya estaba satisfecha, él se paro y salió de la habitación, y como mi amiga estaba más del lado de los sueños que despierta me fui a la sala. Ahí todos estaban bailando o hablando, vi a un amigo en el suelo y le pregunté que si le pasaba algo; estaba cansado de bailar. Nos pusimos a hablar de teatro, de como se siente un escenario, de ejercicios y mientras hablábamos terminamos saliendo, y ahí estaba él con otros amigos. Empece a hablar con uno de sus amigos, era realmente muy interesante, pero él se hizo a mi lado y se acostó en mis piernas. Yo seguí hablando con el amigo, mientras acariciaba el cabello del chico que se acostaba en mis piernas, él comenzó a tocar mi brazo; Una escena así ya había tenido sucedido y esta no se sentía tan mágica como la que ya se perdió en el pasado. Me fui perdiendo de la conversación, también notaba que la persona con la que hablaba se había percatado de algo. Cambié de posición, eso facilitó que su mano tuviera la oportunidad de redescubrir la forma de mi rostro. Tocó mis labios, como ya lo había hecho antes, y de la misma manera no se sentía igual, no sentía casi nada... Incluso no sentí nada cuando nos fuimos de ese corredor tan publico. No sentí nada cuando por fin lo besé, el beso no tenia suficiente poder para cerrar mis ojos, sus labios ya no me abstraían del mundo. Pero aun así me gustó, me gustó lo suficiente como para sonreír entre besos y perder por completo las ganas de dormir, pasaron horas y nosotros seguimos besándonos.

  "  Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

     Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua. "
-Cortázar. 


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